Confianza absoluta

Hablar de confianza es hablar de una sensación que ha dejado un gran vacío en nuestras vidas.  Es más común hablar de desconfianza.  Vivo en una ciudad donde la gente es bastante desconfiada.  Hay muchos factores que han alimentado y acrecentado esta falta de confianza pero no merecen ser mencionados.  También es cierto que muchos son desconfiados por haber vivido serias y fatales decepciones, incluso hasta traiciones directas o lo son por haber sido testigos de como la gente se defrauda entre sí.  También es cierto que algunos somos desconfiados por naturaleza, es como si hubiésemos venido programados para dudar de todo y de todos, somos escépticos, algo así como los cuestionadores de todo lo que existe.  También hay los que desconfían porque ellos mismos no son dignos de confianza, en este caso la desconfianza es un acto reflejo.  Lo cierto es que de alguna manera, no nos es sencillo confiar y realmente confiamos en nosotros mismos y en nuestro buen olfato más que en cualquier otra cosa o persona.  Lamentablemente, muchas veces nosotros mismos nos autodecepcionamos o nuestras conclusiones, razonamientos y corazonadas no nos llevan a buen puerto, al contrario, más de una vez nos vemos en aprietos por seguirlos ciegamente.

Es en este punto donde la Biblia nos da un consejo fundamental:

Proverbios 3.5

Confía en el Señor de todo corazón,  y no en tu propios razonamientos.

Nada más seguro que confiar en el Señor, Él nunca ha defraudado a nadie, al contrario, siempre pensará y actuará de la misma forma, sobretodo, y a diferencia de nosotros, Él siempre cumple su Palabra.