Llevarse bien con todos

El título mismo nos pone posiblemente en un escenario utópico, al menos hasta este día, no he conocido una sola persona que sea capaz de llevarse bien con todos, y debo decir que he conocido y conozco personas extremadamente agradables y amigables, yo mismo debo reconocer que no soy precisamente un dechado de simpatía.

Permíteme compartir este versículo:

Proverbios 16.7: Cuando el Señor aprueba la manera de vivir de alguien, incluso a sus enemigos hace estar en paz con él.

En la óptica de Dios, llevarse bien con todos no es una cuestión de simpatías o habilidades sociales, sin descartar la importancia de éstas por supuesto, sino un resultado de un comportamiento alineado y validado por Dios. Ni el más mezquino puede ignorar o dejar de reconocer en algún momento la caballerosidad y la prudencia de una persona que sigue los principios y patrones de Dios.

Si fijamos el llevarnos bien con las personas como una meta, a la larga (o antes) probablemente vayamos a salir un poco decepcionados de nosotros mismos y de los demás, en cambio, si nos enfocamos en conocer lo que Dios espera de nosotros, los resultados van a ser alentadores y relacionalmente extraordinarios.

Quiero resaltar algo que también nos enseña este versículo, aun cuando Dios apruebe nuestra forma de vivir (sentir, pensar y actuar), quizás nuestros enemigos (o gente a la que simplemente no le simpatizamos) seguirán siendo nuestros enemigos, sin embargo, no podrán encontrar ningún forado en nuestro desempeño de vida para enfrentarse a nosotros.

¿Quieres mejorar tus relaciones interpersonales? Pues vive una vida que llene las expectativas de Dios.

Dios te use,

Martín Torres