Estudio 2: Santiago 1.12-17
Cuando la presión aumenta y no hemos implementado en nuestras vidas aquellos elementos que Santiago menciona en los primeros versículos del capítulo 1, muchas veces nos hundimos en pozos de los que no podemos salir. Repentinamente nos encontramos pensando y haciendo exactamente lo opuesto a lo que Dios espera. Esta situación trae de manera implícita dos hechos penosos: por un lado la caída misma, puesto que ofende a Dios, pero por otro lado, la falta de reacción o la reacción equivocada. La mayoría de nosotros tendemos a comenzar a buscar culpables y responsables de nuestros problemas. Lastimosamente, casi siempre culpamos a Dios.
¿Quién tiene la culpa? En estos versículos, Santiago responde esta pregunta tácita que todos nos hacemos cuando la presión aumenta sobre nuestra vidas. Santiago nos invita a recordar unos principios.
- Principio de la Felicidad. Santiago 1.12. No es una posesión, ni una meta, ni un fin, es una consecuencia. Dios no busca nuestra felicidad, Él busca que le glorifiquemos al obedecerlo, al madurar, al crecer, al ser aprobados, aún bajo presión. Ahora la felicidad descrita en este versículo es producida por haber resistido la aflicción con su consecuente oportunidad o excusa para caer, y por el galardón final, la corona de vida. No nos dice que debemos convertirnos en orates que se alegran por las presiones o problemas.
- Principio de la Integridad. Santiago 1.12. “…soporta…” aquí la palabra es jupomeno, que significa “…seguir siendo el mismo…” Santiago sostiene la misma idea de que el de doble ánimo no consigue el criterio adecuado para vivir, en realidad no consigue nada. La aflicción y la tentación muestran quién eres ahora, no importa quién hayas sido antes.
- Principio de nuestra debilidad. Santiago 1.13-15. Dios no tienta, Satanás es el que tienta (el mal-CACON). Sin embargo, la debilidad es mía y la decisión de caer o no, es mía. La aflicción me da una excusa para caer. Satanás me tienta a tomar tal actitud. El pecado me atrae. Pero, al fin y al cabo, la decisión es mía. Cuando soy un cristiano, ya no soy esclavo del pecado, ni de nada, ahora soy libre, ahora puedo decidir (Gálatas 5.13). Dios no culpa a nadie, pero si hemos de buscar algún responsable por nuestras caídas en medio de la presión, solo debemos de mirar al espejo, nosotros somos los únicos responsables.
- Principio del Propósito. Santiago 1.16-18. Errar es humano, pero no es parte del plan ni de la voluntad de Dios. Santiago asegura que todo lo que viene de Dios es “…buena dádiva y don perfecto…” y que nunca depende del estado de ánimo o de alguna variable circunstancial para Dios. Dios tiene un plan específico para nosotros y lo va a cumplir. Quiere que seamos aprobados y nos va a mandar la oportunidad para aprobar, las pruebas. Estas pruebas nunca son parte de un ensañamiento o de un exabrupto divino, son buenas, lo que producirán en nuestras vidas es madurez y nuestra madurez y perseverancia o integridad servirá de ejemplo, de inspiración y de esperanza para otros que transitarán por senderos similares a los que transitamos nosotros hoy.
Como conclusión, cuando estamos viviendo momentos de intensa presión, debemos mantenernos firmes, y si acaso reaccionamos equivocadamente, debemos recapacitar, aceptar nuestra responsabilidad, arrepentirnos y levantarnos, recordando los principios que nos enseña Santiago.
Escucha el audio de este mensaje:
[audio:http://blip.tv/file/get/Elbajomt-BajoPresion3202.mp3]