La provisión del Padre

Uno de los conceptos más averiados en los tiempos actuales es el concepto de paternidad.  Por supuesto, no me refiero al asunto reproductivo o a la capacidad de engendrar ni a un programa de control de natalidad sino a la desafiante labor de Padre.

Soy papá de dos hermosos niños, un varoncito y una mujercita, y luego de unos breves años de protagonizar sus vidas he podido ver con claridad la pertinencia y suficiencia de la Palabra de Dios como guía y herramienta indispensable para poder criar a mis hijos.  Entre muchas otras cosas he aprendido que hay 3 cosas que Dios quiere que los padres provean para sus hijos:

  1. Una identidad definida.  En Mateo 3.17  Dios pronuncia una declaración de identidad que es un modelo para los padres.  Todo padre debe dar  a sus hijos palabras que los hagan sentir y lucir únicos y diferentes, que los hagan saberse amados y que los comisionen con un propósito (el propósito debe ser definitivo-lo que haces o provocas e inclusivo-me lo haces, nos lo haces).  La identidad determina algo que es muy importante para la vida, la actitud.  Hay algo que siempre les digo a mis hijos cuando se enfrentan a un reto o cuando se encuentran en una competencia, si te ganan será porque son más grandes, más fuertes, más veloces o mejor entrenados, pero nunca porque abandonaste o tiraste la toalla.  El vehículo para dar identidad a los hijos es la Bendición.  La bendición del Padre levanta el nombre del hijo, le da trascendencia, le da estima, tal como vemos que pasó con Abraham en Génesis 12.3-4.  Cuando uno internaliza la declaración de identidad se comporta de acuerdo a ella, nunca dilapida lo que se sabe que es.
  2. Una familia sólida.  Tan descabellado como pretender hacer una familia de un solo miembro es querer establecer una familia por arte de magia.  Las familias se deben establecer a propósito, intencionalmente.  Vivimos tan influenciados por la cultura del “llame ya”, del microondas, del “porque la vida es ahora”, del “bailando por un sueño”, del “no te comprometas” que nadie quiere invertir tiempo y esfuerzo en la construcción del hogar.  Una familia sólida es el resultado de compromiso traducido en tiempo y esfuerzo.  Tan cierto como que papá y mamá son socios en la constitución del hogar es que Dios espera que el hombre dé dirección a la familia.  Hoy los hombres piensan equivocadamente que el amor y la autoridad se consiguen a control remoto. Para construir una familia sólida uno tiene que estar presencialmente con los hijos.  Ahora bien, para construir una familia sólida se debe tener un perfil, en Mateo 7.24-27  Jesús dijo que el hombre que decidía construir una familia sólida debía cumplir todo lo que Él enseñó en el Sermón del Monte narrado en Mateo capítulos del 5 al 7, de forma breve podemos ver las enseñanzas de cada capítulo Cap.5: Ser feliz 1-12, Ser ejemplo 13-16, Ser consecuente 17-20, Ser maduro 21-48, Cap.6: Ser genuino 1-18, Ser enfocado 19-33, Cap.7: Ser tolerante 1-6, Ser decidido 7-14, Ser cuidadoso 15-23.
  3. Una herencia espiritual.  Leyendo Génesis 18.19 podemos ver que  Dios estaba seguro del mandato que Abraham legaría a sus hijos.  Este mandato se dividía en dos partes, primero, el por dónde caminar (el camino del Señor), segundo, el cómo caminar (haciendo y pensando lo que Dios quiere).  Finalmente, les dejaría claro que el camino y el caminar producen o detienen el cumplimiento de las promesas de Dios.  1 Crónicas 28.9 nos da un ejemplo del legado de David a Salomón, aquí David le dice claramente a su hijo que la clave para encontrar y vivir en la presencia del Señor está en el corazón.

3 comentarios en «La provisión del Padre»

  1. El «Combo básico» de un papa! Ojala todos lo supieran para instruir bien a sus hijos.. no es tarde para empezar a capacitar a los futuros papas y a los que aun tienen hijos pequeños. Gracias por facilitar el mensaje =)

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