Siguiendo a Jesús

Estoy asombrado como las redes sociales han capturado la atención y sobre todo el tiempo de las personas.  Son muy útiles pero pueden inutilizar mucho a algunas personas.  Bueno ese es un tema aparte.  Lo cierto es siempre el avance de la tecnología, sobre todo en lo que se refiere a asuntos de comunicación social,  me hace pensar en los tiempos en que el Señor Jesús estuvo aquí en la tierra.

Él era un tipo impresionante, fuera de serie, de otro calibre, de otro nivel.  Produjo posiciones y sentimientos encontrados.  Muchos le siguieron rápidamente, estaban fascinados con su discurso y su perspectiva de la vida, sus palabras eran inspiradoras, desafiantes, novedosas, a más de esto, hacía cosas fuera de lo común, su actuar era consistente con su discurso, cosa rara en esa y esta época, además era capaz de hacer cosas milagrosas, sanaba enfermos, echaba fuera demonios, calmaba tempestades, multiplicaba la comida para alimentar multitudes, caminaba sobre el agua, en fin, toda una gama de acciones únicas, jamás vistas como actos de una sola persona en tan corto tiempo.

Pero lo más importante e incomprensible era su vocación de servicio y entrega, siendo tan prominente nunca buscó fama ni reconocimiento, siempre fue sencillo aunque firme y claro, fue fiel a su misión, la cual declaró muchas veces, vino para dar su vida, para rescatarnos de nuestra situación de enemigos de Dios y condenados a la separación eterna de Él.  Fue el más grande mentor y coach.  Trabajó durante tres años aproximadamente en convertir a un grupo de 12 personas ordinarias en personas extraordinarias.

A pesar de su gran inicio, tuvo un colapso en su vida pública, ante las amenazas de las autoridades y el peligro inminente que representaba estar cerca de Él, las multitudes comenzaron a abandonarlo, ya no llenaba estadios, ya no congregaba millares.  En el momento más difícil de su vida, sus amigos íntimos, aquellos en los que invirtió esos tres maravillosos años también lo dejaron solo, no lo acompañaron, no correspondieron a la dedicación que Él mostró hacia ellos.  La gente que él ayudó, las multitudes a quienes enseñó y alimentó lo condenaron a muerte, argumentaron terribles mentiras en su contra, distorsionaron sus palabras, las sacaron de contexto, pidieron que sea crucificado.

Cumplió su misión.  Dio su vida.  Murió.  Pero como no era un tipo común, sino de aquellos que nunca se dan por vencidos, la muerte no pudo con Él, la venció.  Ahora está vivo, desde que resucitó no ha dejado de convocar a sus seguidores, aquellos que le abandonaron se reconciliaron con Él, dedicaron sus vidas a seguirle, excepto uno que jamás conoció el arrepentimiento, sólo se aferró al remordimiento, ese que no te deja dormir, que te mata.

Hoy su grupo de seguidores sigue en aumento.  ¿Qué esperas tú? Sé un seguidor de Jesús.

2 comentarios en «Siguiendo a Jesús»

  1. Bueno despues de leer esto una vez mas, no tengo palabras para decir que es bueno o malo, que debo o no debo hacer y sobre todo que es lo que quiero yo hacer con mi vida, pero lo que si quiero es conocer realmente a dios, intento intento y en eso estoy pero de hecho necesito ayuda…………… hay muchas cosas que me pregunto , pero nadie me las responde aun, pero me gustaria unirme a ese grupo de seguidores.

    1. Para Dios lo más importante es entablar una relación. No siempre vamos a entenderlo ni tener de Él lo que deseamos, pero Él siempre estará a nuestro lado y nos hará vivir con propósito.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.